Bacterias de caries en las válvulas cardíacas

Imagina esto: tu dentista encuentra bacterias en una caries. Algo típico, inofensivo, pensarías. Caries, sin más. Molesto, pero solucionable. Taladro, empaste, listo. Y unas semanas después: esas mismas bacterias ya no están en la boca, sino en una válvula del corazón. ¿Suena absurdo? Pero no lo es.

Porque esto es una realidad médica. Científicamente comprobada. Una y otra vez, estreptococos orales clásicos especialmente Streptococcus mutans, el principal causante de la caries aparecen en el tejido cardíaco de pacientes que padecen endocarditis, una inflamación de la capa interna del corazón que a menudo resulta mortal.

¿Cómo llegan hasta allí? A través de pequeñas heridas. Sangrado de encías, microdesgarros en la mucosa, implantes mal cuidados… no hace falta mucho. Las bacterias entran al torrente sanguíneo. Y si encuentran una válvula cardíaca dañada o artificial, se adhieren. ¿Y entonces? Comienza el problema: formación de biopelícula, reacción inflamatoria, destrucción del tejido.

Es un ataque silencioso desde la propia boca. Y casi siempre se subestima.

El riesgo es especialmente grave en personas con defectos cardíacos, válvulas artificiales o sistemas inmunitarios debilitados. Para ellas, bacterias que parecen inofensivas pueden convertirse en un peligro mortal. Por eso, los cardiólogos advierten: quien va a ser operado, quien va a recibir una prótesis valvular, quien es paciente cardíaco… necesita, ante todo, tener dientes sanos.

Pero en la práctica… rara vez se pregunta por ello. Ni en la preparación quirúrgica ni en el seguimiento. Y eso es una negligencia grave. Porque la evidencia científica es clara. Los datos existen. Solo falta ponerlos en práctica.

Tal vez haya que decirlo con todas las letras: quien tiene caries lleva dentro un riesgo potencial, no solo de dolor de muelas, sino de infecciones que pueden tener consecuencias fatales.